La eficiencia energética se basa en la optimización de los procesos de producción y el consumo de la energía, el uso de fuentes de energía renovables en detrimento de los combustibles fósiles.
La calefacción y refrigeración son los principales consumidores de energía en los edificios. Para bajar el consumo de esta energía, hay que mejorar la envolvente térmica, pasará por la elección de un material aislante que cumpla con las prestaciones necesarias para conseguir objetivos de eficiencia energética.
La fibra de celulosa obtiene la mejor puntuación de rendimiento en la evaluación de eficiencia energética, contando con un 85% de materia prima reciclada y el resto compuesto por retardadores de llama y agentes antifúngicos. Tiene un alto rendimiento energético. La energía incorporada es la más baja del mercado de los aislantes térmicos - acústicos. Carbono negativo. No es tóxico. Es un material orgánico, no es un derivado del petróleo.